La rinoplastia estética continúa evolucionando, y hoy la tecnología de ultrasonido se posiciona como una de las herramientas más innovadoras y seguras para obtener resultados naturales, precisos y con menos trauma posoperatorio. En diálogo con Like Group, especialistas en cirugía estética explicaron por qué esta técnica está transformando la práctica quirúrgica y qué beneficios concretos ofrece a los pacientes.

Ultrasonido: precisión milimétrica y menos trauma
A diferencia del limado manual tradicional, el ultrasonido permite trabajar sobre el hueso nasal con una exactitud superior. Esta tecnología posibilita limar el dorso y realizar osteotomías con mayor prolijidad y control, reduciendo significativamente la inflamación y los moretones posteriores.
“El ultrasonido nos da la posibilidad de limar el dorso y realizar fracturas con menor trauma, mayor detalle y resultados más previsibles”, explican los especialistas. “El paciente se beneficia con una recuperación más rápida y menos molestias”.

Por qué la técnica requiere un abordaje abierto
La rinoplastia ultrasónica demanda un enfoque abierto —el llamado “full open”— que permite visualizar de manera directa toda la estructura ósea nasal. Este abordaje es clave para garantizar la precisión del instrumental ultrasónico y evitar el contacto innecesario con la piel.
“Necesitamos visión directa para realizar las osteotomías y retirar las gibas óseas. El ultrasonido no debe tomar contacto con la piel, o debe hacerlo lo menos posible, por eso el abordaje abierto es imprescindible”, aclaran.

Menos moretones, menos hinchazón y una experiencia más confortable
Durante décadas, la rinoplastia se realizaba con raspado manual y osteotomías mediante martillo y escoplo, técnicas efectivas pero mucho más invasivas y traumáticas. La alternativa ultrasónica reduce de forma notable estos efectos secundarios.
“Antes generábamos más inflamación y hematomas. Con ultrasonido, si bien existe edema, es mucho menor y la recuperación es más llevadera”, señalan los cirujanos.

Postoperatorio: tiempos reales y recomendaciones
La férula nasal se mantiene entre 5 y 7 días, aunque puede extenderse según la condición ósea de cada paciente. Uno de los cuidados más importantes es evitar el uso de anteojos por al menos 45 días para prevenir marcas y presión sobre la zona operada.
En cuanto al dolor, los especialistas son claros: “En general, la rinoplastia no es dolorosa. Lo que se experimenta es incomodidad durante la primera semana por los tapones nasales y la férula”.
La inflamación visible —incluyendo los moretones— suele disiparse entre 10 y 15 días. Sin embargo, el proceso de desinflamación completa es gradual y puede extenderse de 6 a 8 meses.
Resultados finales: naturalidad y evolución progresiva
Si bien los cambios son visibles desde el momento en que se retira la férula, los resultados definitivos se aprecian a partir del sexto mes. La punta nasal suele mostrarse más elevada al inicio, acomodándose de manera natural con el paso del tiempo.
“A medida que la nariz desinflama, la apariencia se vuelve cada vez más natural. El paciente nota la evolución mes a mes”, detallan los especialistas.
LIKE GROUP
Emanuel Mercado
@LIKEGROUPARG
